domingo, 31 de enero de 2010

21 de enero. Año 2.

Quiso la diosa casualidad que el 21 de enero me dieran la noticia. El tumor se había extendido a varios órganos, entre ellos cerebro y pulmón.
El domingo 17 de enero, me ingresarón tras pérdidas de coordinación, ausencias y otros daños cerebrales temporales. Tras las pruebas se confirmó la mala noticia.
A pesar de las malísimas perspectivas, sigo confíado y animado, y sobre todo, dispuesto a luchar con mi cuerpo y mi mente para que la vida haga un regalo maravilloso.
Y para vuestro tormento os pongo unas fotos de mis maravillosos hijos.

viernes, 8 de enero de 2010

Ocho meses sin vida. Cien años de soledad.

Hola a todos. Ahora que he recuperado las fuerzas vuelvo a escribir para contaros mi experiecia durante los ocho meses posteriores a la operación.
Los análisis de los 14 ganglios extraidos estaban correctos. Solo hubo un inconveniente. Se había extendido el melanoma (que para quien no lo sepa, no es una mujer a la que le gusta mucho la música) a la glándula parótida.
Por esa razón, se decidió realizar un ciclo de unas 25 sesiones de radioterapia, en la parte izquierda de la cara y cuello. Estas sesiones llevaron asociadas una irritación de la piel local y caida del pelo adyacente, si bien el principal problema fue una mucositis en las encías y la lengua que practicamente no me permitían hablar ni comer. Con medicación (incluso parches de morfina) pude ir llevando la situación.
Quiero decir que esto no pasa siempre, depende de la persona.
Posterior a la radioterapia, puesto que había posibilidades de la extensión del tumor, los oncólogos decidieron intentar reducir la probabilidad de recaida usando una sustancia conocida como Interferón, que es un agente que refuerza y prepara el sistema inmunológico para luchar contra actitudes invasivas como la del melanoma. Pero lo hace a costa de una alta toxicidad, eso si, perfectamente controlada por los oncólogos mediante seguimiento, análisis y medicación.
En un principio me mostre bastante tolerante al tratamiento, pero a medida que transcurrían las semanas, el cansancio físico se fue apoderando de mi cuerpo hasta el punto de apenas comer, dormir 16 horas al día y perder totalmente la capacidad de concentración y memoria. Por otra parte, no tuve ningún otro síntoma mas preocupante a nivel físico, por lo que estaba relativamente satisfecho.
Continué el tratamiento (con algún descanso por ordén médica) hasta mediados de diciembre por lo que pude disfrutar de unas navidades felices con mi familia y amigos y sobre todo con mis dos preciosos hijos.
Por cierto, ¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!!!